Ángel Nieva Pérez, Comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Guadiana
Segoviano de nacimiento y Ciudadrealeño de adopción, este biólogo por la Complutense de Madrid lleva casi toda la vida en la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Nos sentamos a conversar con él para conocer el trabajo que realizan los integrantes de la Comisaria de Aguas.
Nos recibe, con puntualidad castellana, en un austero despacho, lleno de papeles y, sobre todo, de mapas, un elemento esencial en su día a día. Comenzamos a analizar su andadura en el Organismo de cuenca donde es uno de los trabajadores más longevos y apreciados, pues tiene una dilata trayectoria. Nos cuenta que, tras aprobar las oposiciones, su primera responsabilidad estuvo ligada a la Comisaria de aguas "haciendo informes medioambientales de humedales, espacios naturales protegidos o informes de evaluación medioambiental que iban siendo necesarios en la casa".
Nos relata que era una época donde comenzaba a ver mucha normativa relacionada con el medio ambiente y los espacios protegidos con agua como las Tablas de Daimiel, Lagunas de Ruidera o lagunas de Extremadura. De esa manera, "empecé a ser el representante de la Confederación Hidrográfica del Guadiana en los órganos colegiados de esos espacios protegidos. Fue un tiempo que me ayudó y formó mucho además de ser un orgullo representar a la casa CHG en esos momentos".
Después pasó a ser jefe de servicio de control de las masas de agua de toda la cuenca. Viajaba mucho para organizar las redes de control de seguimiento del estado ecológico y químico de las aguas subterráneas y para comprobar la calidad de las aguas y "era un servicio muy importante pues el trabajo que se realizaba tenía influencia directa en la Planificación Hidrológica de la cuenca". Posteriormente, paso a ser Comisario de Aguas hasta nuestros días.
Llegados a este punto, entramos de lleno en la entrevista para conocer mejor su departamento.
¿Cuáles son las principales responsabilidades al frente de la Comisaria de Aguas?
Es la unidad responsable de la gestión del dominio público hidráulico. Dentro de esa denominación podemos encontrar que somos la unidad responsable de los otorgamientos de derechos de agua, de la implantación de los planes de gestión del riesgo de inundacion, la conservación de cauces, del seguimiento y evaluación del estado de las masas de agua, donde cada vez adquiere mayor importancia la problemática y por ello la gestión de las especies exóticas invasoras. También nos encargamos de los expedientes sancionadores y de la gestión del régimen de usuarios de las comunidades de usuarios.
Desde que nos hemos sentado, la palabra medioambiente está presente en la conversación. ¿Cómo ha cambiado la CHG en este sentido?
Es una preocupación muy importante. El organismo ha evolucionado hacia un perfil muy medioambiental. Como veterano en la casa, he conocido un organismo que era de obras públicas y que gestionada un recurso que se consideraba económico. Ahora la situación ha cambiado y estamos dentro de un ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Hemos pasado de hablar de las obras hidráulicas a la importancia del recurso, lo que incluye la parte medioambiental. De hecho, hemos pasado de tener una dirección general de obras hidráulicas a tener una dirección general del agua. El medio ambiente y la ecología forman parte del centro de nuestro trabajo diario.
En este contexto, ¿Cuál es su opinión sobre el cambio climático?
Es la causa que está afectando a la bajada del recurso. En los planes hidrológicos de España pone que en 2050 la estimación -dependiendo de la cuenca que sea- es que haya más de un 20% menos de agua. Si sigue aumentando la demanda y cada vez hay menos agua, tenemos un grave problema. Ya no es un tema de creer o no creer en el cambio climático, es que está presente en las leyes que se están redactando, en los planes hidrológicos y hasta en la normativa europea.
Calidad de las aguas en la cuenca del Guadiana, ¿en qué situación se encuentran actualmente?
En primer lugar, la propia CHG y la Comisaria de Aguas se encuentran infradotadas de recursos humanos para poder atender todas las competencias y tareas que tenemos asignadas. El inconveniente viene de cuando en el año 85 la Ley de Aguas introdujo que las aguas subterráneas se incluían en el ciclo hidrológico y pasaban a ser públicas. Ese cambio no ha venido acompañado de una administración adecuada para gestionar dicha gestión. En el caso de la cuenca del Guadiana las aguas subterráneas son ingentes y con los funcionarios que tenemos la gestión es inabordable. Hemos tenido que tirar de los medios que permite la legislación de contratos del Estado para el sector público para poder aliviar, que no resolver, esta situación.
En cuanto a tú pregunta, respecto a la depuración de aguas, autorizamos los vertidos y vigilamos su cumplimiento, pero la cuenca tiene carencias porque la normativa de depuración de las aguas tiene obligaciones difíciles de cumplir. Por ejemplo, las depuradoras dependen de los ayuntamientos o subsidiariamente las comunidades autónomas y, si falla la inversión o no hay recursos, las depuradoras no son suficientes o no depuran bien y tenemos que denunciar, por lo que nos encontramos en una situación difícil, porque muchas veces los titulares de los vertidos, los ayuntamientos, interesados no tiene capacidad económica para hacer mucho más. La mejoría pasa por aumentar algunas inversiones de las administraciones implicadas.
Ha comentado que realizan una importante labor de vigilancia, ¿cómo se gestiona ese cometido?
A través de los agentes medioambientales y personal laboral de guardería, que son casi 60 personas para toda la cuenca. Ellos son los ojos de la Confederación en el campo. Realizan un gran trabajo, pero volvemos a lo de antes, son insuficientes para las tareas diarias. Uno de los puntos conflictivos es la vigilancia en la cuenca alta, hasta el punto de tener que contar con el SEPRONA para algunas inspecciones, por ejemplo se hacen servicios de noche para controlar conductas inadecuadas que pueden ser infracciones en el uso del agua.. También se vigilan los caudales ambientales y se vela por el caudal de ríos y arroyos, aunque en tiempos de escasez es muy complicado. Otra de las tareas es la toma de muestras de agua para analizar su calidad en laboratorio, además de medir niveles de aguas subterráneas, caudales en ríos y comprobaciones de funcionamiento de los caudalímetros.
¿La situación de las aguas subterráneas en la cuenca alta del Guadiana va a seguir con los mismos problemas o se puede incrementar en los próximos tiempos?
Sí, va a seguir igual si no se dan cambios radicales que reduzcan su consumo. Entre los años 2009 y 2010 conocimos un ciclo húmedo hasta el 2013 donde se recuperaron las masas de agua subterránea. Fue una experiencia histórica donde incluso volvió a manar agua por los Ojos del Guadiana, cerca de las Tablas de Daimiel. Con esto digo que a lo mejor puede volver a ocurrir, pero parece improbable. En la actualidad arrastramos un ciclo seco, salvo en 2018 y 2021, y el volumen de extracciones es superior al de recarga, por lo que están en una situación preocupante.
El futuro es incierto y al ritmo que vamos va a ser muy complicado alcanzar los objetivos de recuperación de las masas que nos impone Europa. Además, a la falta de lluvias tenemos que añadir otro grave problema con los nitratos y la contaminación química, puesto que es difícil equilibrar el balance de desarrollo socioeconómico y el cuidado del medio ambiente.
La demora en la tramitación de los expedientes relacionados con las aguas subterráneas es una realidad que sin duda repercute en la buena imagen del Organismo ¿Con qué problemas se encuentra esta Comisaria de Aguas?
El gran problema de la Comisaría de Aguas del Guadiana en cuanto a recursos son las aguas subterráneas. Las aguas superficiales disponen de un nivel aceptable, aunque estemos pasando un periodo de sequía. Pero el gran problema se encuentra en la cuenca alta y en Tierra de Barros, aunque en Extremadura como hay aguas superficiales, se tiene menos conciencia en ese tema. En cuanto a la tramitación de expedientes, el grave problema estructural está en los medios, los recursos humanos, pues tenemos mucho retraso en la resolución de expedientes por la cantidad y los pocos medios que tenemos. La tramitación es de por si larga y complicada, y se ha pedido que el procedimiento se simplifique, pero hay opiniones encontradas de juristas ya que el agua es un recurso y un bien público cada vez más limitado, por lo que se ha ido dotando de un sistema garantista y eso también lo complicado todo. Por Ley tramitar una concesión puede llevar hasta 18 meses, pero en la práctica son varios años. Los expedientes son dificultosos de ejecutar y se alargan en etapas y procedimientos. Es una situación complicada porque de ser un servicio púbico pasas a ser una pega para el usuario.
Para terminar, ¿Cómo ve el futuro del Organismo de cuenca?
El problema no es de futuro, sino que viene del pasado de esta Comisaria y del Organismo de cuenca ya que, como he comentado anteriormente, estamos infradotados de medios para las funciones que la ley nos otorga y se presta un servicio que es mejorable. También tenemos como retos buscar la sostenibilidad entre las demandas de la sociedad y el recurso disponible, que en la actualidad es muy poco, junto con recuperar el buen estado de las masas de agua de la cuenca.